Qué situación tan común vivimos tantas mujeres. Cómo hemos normalizado el quejarnos de nuestro armario por no tener qué ponernos. Cuántas compras en vano hemos realizado. Lo digo basándome en historias reales, tan reales que hasta podría incluir la mía (sí, siendo asesora de imagen y todo).
Hace un par de días compartía en Instagram un momento de ansiedad frente a mi propio armario, y de pronto mi casilla de inbox empezó a recibir historias similares. «Estoy igual», «ay al menos tú sabes que lo tuyo es temporal», «bueno pero lo mío si que no tiene remedio», y en fin, tantos otros mensajes tratando de compartir esa frustración que genera abrir un armario lleno de problemas.
Con esta seguidilla de mensajes y mi propia experiencia (atravesando un embarazo que ha cambiado mi cuerpo), decidí que era mejor traer alternativas en lugar de sumar más lamentos que lo único que consiguen es estancarnos y seguir en el bucle de la compra innecesaria. Así que vamos a lo primero.
Cuestiona tu armario de hoy
- Si tuvieras que decir un porcentaje, cuál sería en cuestión de uso de ropa que tienes ahí guardada. Ejemplo: Yo estoy usando apenas un 20% de mi ropa gracias a que estoy en un talle indefinido por la aparición de mi barriguita de embarazo y un par de talles más en el pecho.
- ¿Cuál ha sido la última compra que hiciste y para qué te ha servido?
- ¿Sientes que el «problema» viene solo en el tema ropa o estás igual con zapatos y accesorios?
- ¿Has comprado ropa de marca, invertido en los supuestos básicos que «toda mujer debe tener», pero aún así es un misterio hacer que combinen entre sí o que encajen para tus ocasiones diarias?
- ¿Los colores que tienes no representan tu personalidad? Todos corresponden a una tendencia o a lo que te dijeron que deberías tener según X protocolo.
- ¿Te compras las cosas sin probarlas? porque confías en que se ve bien en el maniquí o en tu amiga.
- ¿Terminas usando SIEMPRE lo mismo aunque tengas un armario repleto?
Según este cuestionario deberíamos analizar por dónde empezar. Hay quienes se han centrado en comprar lo que «deben tener» porque se han instalado en las reglas del vestir, o porque ven que a otras personas les funciona X estilo. Por otro lado están quienes se rehusan a probarse las cosas porque confían en que «al ojo» pueden saber si les quedará bien o mal algo. Y ni qué decir de las compradoras confiadas en que por tener ropa de marca, ya estarán bien resueltas en cuanto a outfits y ocasiones.
Con estas preguntas no quiero que te sientas bajoneada, ni presionada a echar todo lo que tienes en tu armario, pero sí que te pongas en pausa y luego en acción inmediata para cambiar el curso de tu armario. Así que iremos con posibles soluciones.
Acciones para cambiar el giro de tu armario.
- Pruébate todo. Necesitas saber qué de lo que tienes te queda y te sirve, lo que ya no, chao. Véndelo, dónalo, regálalo. Créeme hay ropa que merece una segunda oportunidad.
- Haz una lista de los colores que quisieras vestir, ahora compárala con lo que tienes. ¿Qué tan lejos estás? Si haces una futura compra, ten en cuenta esto. Ahora si prefieres profundizar e ir más allá, te recomiendo un servicio de Colorimetría Personal. Te aseguro que conocer tu paleta de colores te salvará.
- Verifica que las prendas que tienes corresponden a las ocasiones de tu agenda. No necesitas tener el Little Black Dress si nunca tienes eventos tipo cóctel que lo demanden. Basta de apegarte a listas de básicos que no te representan.
- ¿Estás en conflicto ahora con tu silueta? No compres nada por ahora. Si es una situación temporal, acude a un nutricionista, médico que chequee tus procesos hormonales, mira si es posible insertar algo de movimiento en tu agenda con alguna actividad física, en fin, pide ayuda por otro lado que no sea ir a una tienda. O como en mi caso de embarazo, esperar pacientemente a que mi silueta se defina un poquito más con la panza y así usar la ropa más acorde a mi estado.
- Zapatos y accesorios: no hace falta tener mil, pero si los necesarios para levantar los looks clásicos de jean y camiseta, recuerda que los accesorios reflejan al 100% tu estilo. ¿No tienes idea cuál es tu estilo? Puedes echar un vistazo a mi EBOOK AUTO ASESORAMIENTO DE IMAGEN, o sino a uno de mis servicios personalizados, donde podré ayudarte a encontrarlo, así como también a reordenar tu armario, crear una lista inteligente de compras y claro… cambiar hábitos en tu forma de relacionarte con tu imagen.
Como ves, hay algunas acciones que puedes empezar hoy mismo, lo complejo es detenerse y analizar qué debemos hacer según nuestra situación. Así que te animo a que resuelvas el misterio, leas el cuestionario de arriba y te pongas en ello. Un armario debe ser siempre un punto inspirador y no una máquina de problemas.