Si esta es una de tus preocupaciones antes de invertir en un servicio de asesoramiento de imagen, te puedo decir que estás dándole el enfoque equivocado este proceso que quieres empezar.
No lo tomes a mal, está perfecto que te armes un plan con objetivos a cumplir, y que si en verdad decides contratar a un profesional que te guíe en todo el descubrimiento de tu estilo, o te ayude a elegir de forma más consciente lo que vistes, tienes que exigir resultados, sin embargo acá te revelo algo.
Ese tiempo depende de ti misma. Como todo en cuanto a lo que nos proponemos, las metas se cumplen si de ambos lados se genera acción. Del lado de un asesor de imagen estoy segura que se encargará de ofrecerte la información que necesitas, así como también te presentará nuevas alternativas para eso que sientes que es un problema: elegir la ropa, colores y accesorios indicados. Pero… hay un 70% del trabajo que depende exclusivamente de ti.
Las probabilidades de que notes un cambio real a nivel de perspectiva en cuanto a tu imagen, pueden ser inmediatas de hecho, porque tal como si se tratara de un descubrimiento, será información que tú misma proporciones la que generará en ti una intención de cambio y en el mejor de los casos (si te comprometes en serio), que sea a largo plazo.
Hábitos que forman parte del cambio en tu imagen
Ahora hablemos de tus hábitos, esos que debemos reformular en un asesoramiento y que por más que quisiéramos, no son tan rápidos. ¿Habías escuchado decir acerca de que basta con 21 días para generar un nuevo hábito? Esto es una gran verdad y está confirmadísimo. Ahora, por otra parte más que mecanizar una acción, se trata de conectar con esa nueva forma de hacer las cosas, las que ayudarán a que prevalezca el cambio ante la inercia, y al vestirnos… créeme que la inercia es nuestra peor enemiga.
Lo que sí debes saber, y te lo aseguro como asesora y como mujer que también ha pasado por procesos de entrenamiento en cuanto a cómo efectivizar el tiempo al vestir o comprar. Y es que, de nada sirve invertir en un servicio si no estás convencida de que quieres un cambio palpable. Por el otro lado también voy a añadir algo más, en vista de la cantidad de consultas que recibo y que luego quedan a la mitad del recorrido:
Si dices que quieres cambiar algo, tienes que acompañarlo de ACCIÓN.
Te voy a dar ejemplos de mensajes que recibo o comentarios que me llegan en redes:
«Estoy cansada de verme siempre igual, no sé cómo empezar» – Sin embargo con la información disponible, y de acceso libre aún prevalece la angustia de no saber por dónde arrancar.
«Estoy gastando todo el tiempo en ropa que luego no uso, tengo lleno el armario pero nada que ponerme» – Sin embargo cuando consultan por el valor del servicio, se piensa que es un lujo al cual «no se puede» acceder.
«Cada vez que veo uno de tus videos, me digo a mí misma que voy a aplicarlo y al final no tengo motivación» – Sin embargo, se ha manifestado un claro deseo de cambio que queda en la queja y no se lleva a la acción.
Y así, muchos otros ejemplos incluso con clientas que ya deciden invertir en el servicio, pero que consideran que esto es algo que se dará sin mucho esfuerzo. Ahora yo te pregunto… ¿cuánto estás gastando en ropa y accesorios al año? ¿cuánto de todo eso que compras estás usando realmente? y ahora vamos con la pregunta clave: ¿qué estás haciendo para que ese cambio se dé?
Para responder la pregunta clave con la que hemos empezado este post, te voy a dejar tranquila con esto: depende de ti, de tu compromiso con el cambio y sobre todo de una buena guía que te acompañe en ese proceso.
