Situación: Llegan los primeros días del mes y una de las primeras notificaciones que te aparece en el correo es la de tu cuenta de tarjeta de crédito. Parece cliché lo que diré, pero cada vez que pasa sientes que se activa tu ansiedad y prefieres evitar ver lo que dice aquel correo, porque te recuerda algo que hiciste el mes pasado: comprar sin pensar.
Confesión: Si decidí dedicarme al asesoramiento de imagen de forma profesional, fue porque tenía un serio problema con mis visitas a las tiendas. Todo me gustaba, todo me parecía lindo, todo tenía que tenerlo YA! y aunque no es que despilfarraba en compras, si notaba que la compra o no de algo nuevo influía fuertemente en mis estados de ánimo. Si lo compraba, me sentía mal por haber gastado de más, y si no lo llevaba conmigo me angustiaba pensando en que perdí la oportunidad de la oferta, de la tendencia, y así, etc, etc.
¿Por qué menciono esto?
He decidido plantear dos episodios reales de nuestra vida cotidiana. La de muchas de mis clientas, y una personal con la que tuve que lidiar y enfrentarme años antes de dedicarme a lo que hago ahora. ¿Por qué recurrí a ello? Porque en ambas hay emociones y dinero involucrado, y aunque creas que a los asesores de imagen no nos corresponde hablar de finanzas personales, yo te voy a decir, sí que nos corresponde, y sí que tiene mucho que ver con nuestra relación con la moda, el armario y hasta el manejo de nuestra imagen personal.
Parar estos hábitos que nos llevan a conciliar la compra como una «salvación» o «premio» es algo que podemos cambiar si lo trabajamos desde la raíz. Ahora, tampoco quiero decir con esto que tendrías prohibido comprarte algo nuevo (ojo, yo amo sumar piezas nuevas a mi armario), pero a lo que quiero llegar con este post es que quiero que sepas que no toda compra tiene que terminar en una emoción negativa ya sea de culpa, estrés o frustración. Y sí, estas tres emociones suelen estar ligadas a ello porque siempre involucramos culpa por gastar, estrés por adquirir y frustración por no poder lucirlo (ya sea porque no nos queda o porque no va con nuestro presupuesto).
Descifrado este primer punto, vamos a hablar de por qué si sabes que esto es negativo, lo sigues haciendo. Porque acá va otra revelación: «una vez consciente no puedes ser indiferente», como dice mi astróloga y coach favorita, Mía Astral. Y tomo esa cita porque es tal cual y se puede aplicar a esos hábitos que creemos que son normales y que nos condicionan a seguir acumulando cosas, y renegando de nuestra imagen al mismo tiempo.
Ya no quiero gastar en ropa sin sentido.
Hace unos días tuve una consulta donde hablé de esto con una clienta, y al final descubrimos que en su caso, no tenía que ver con que no quería gastar de más, sino que quería aprender a identificar lo que en verdad le servía. Aceptó que a ella le divierte entrar a tiendas y al menos comprarse un par de cosas por mes y está perfecto, pero que quiere hacerlo sabiendo que lo usará.
Por otro lado tengo una clienta que me dice que se pide por lo menos 10 cosas a tiendas online por mes para ver qué le funciona. Ella ama las tendencias y dice que aunque sea se los pide para probar si va con ella. Lo cual es acertado porque es su forma de animarse a probar nuevas cosas por su imagen. Pero luego me termina contando que de esas 10 cosas, apenas y puede quedarse con una o dos que siempre son zapatos y carteras. Lleva haciendo esto 5 años, así que imagina la cantidad de zapatos que ha acumulado. Al final del día, siente que no tiene qué ponerse y eso la angustia, porque las cuentas aumentan, su armario de zapatos también, pero la sensación de que le falta algo persiste.
Dos ejemplos claros de que cuando no sabemos en qué invertir, podemos generarnos problemas en lugar de placer con las compras. Para cada una sugerí ejercicios distintos, porque cada una tiene una silueta, paleta, agenda y presupuesto totalmente distinto. ¿Y a qué quiero llegar con estas anécdotas?
A que así como ellas o como yo en su momento, tuvimos que hacernos conscientes de lo que pasaba, para saber por dónde empezar, y que así como ellas o yo hicimos, tú también puedes hacerlo (si quieres) y que para ello requieres de una guía. Es normal no saber qué hacer, es normal que de hecho nunca te hayas planteado ninguna de estas cosas al comprar, pero créeme, tu forma de consumir y de llenar tu armario habla demasiado de ti.
Alternativas y soluciones:
- Te comparto este audio, que grabé hace mucho tiempo donde hablé de las compras compulsivas, y que sirvió para muchas de mis clientas quienes querían entender por qué caían en este patrón, pero que junto con un asesoramiento y guía pudieron empezar a cambiar su perspectiva al momento de ir a una tienda o pensar en incorporar cosas a su armario.
- Te recuerdo que si quieres empezar a dar un paso más, y entender qué sucede contigo (quizás no tienes idea de tu estilo, tu silueta y por eso compras por comprar), tienes la opción de una Sesión Express de Asesoramiento de Imagen Online, donde en una hora te ayudaré a identificar las bases para que te conozcas mejor a ti y lo que necesitas en tu armario.
- Y también si crees que es momento de ir por todo y cortar de raíz con esto, te invito a llenar el formulario para solicitar un servicio de Asesoramiento de Imagen Online, donde a través de 4 ó 6 sesiones trabajaremos en estos hábitos, descubriremos tu estilo, silueta y pondremos orden a tu armario y listas de compras. Es una inversión consciente, que te ayudará a ahorrar más de lo que imaginas a largo plazo.