Estudiar asesoramiento y no trabajar de ello…

¿Se han dado cuenta la cantidad de asesoras que existimos actualmente? O mejor aún… ¿han visto la cantidad de capacitaciones o cursos express para convertirse en una? Yo lo he notado muy fuerte en los últimos tres años, y debo decir que por un momento pensé que era algo positivo, porque la profesión estaba creciendo, más colegas estarían en el mercado y al fin los servicios de asesoramiento no serían tan desconocidos para muchos.

Pero no, ese no ha sido el resultado y lo único que ha generado es que haya miles de  asesoras sin trabajo, ya que luego de haber cursado, se dan cuenta que la carrera no era tan fácil como parecía.  ¿Te sientes identificada con esta situación? Vamos a ver cómo puedes darle la vuelta y empezar a tomar acción.

La realidad del asesoramiento (como carrera)

Veo y escucho historias de mujeres que han tomado cursos para ser asesoras de imagen, y que al cabo de un par de clases tienen la ilusión de que los clientes van a aparecer de la nada. Así como también algunas que luego de haber estudiado sienten que tienen un sinfín de vacíos técnicos, o que no saben cómo enfrentarse a una realidad laboral con esta carrera, donde pensaban que era cuestión de enviar CV y listo. Pero no, no es así.

Y así también como he conversado con ellas (muchas me escriben en redes sociales a contarme o consultarme cómo hacer en su situación), me he dado cuenta la falta de información que hay sobre alternativas para gestionar una carrera rentable, o al menos practicar con clientes hasta ganar experiencia.

Ser asesora de imagen no es sólo tomar el taller, workshop, capacitación y ya. Sino que para luego habilitar ese título por el que se ha estudiado, hay que sumarle práctica. ¡Sí, con clientes reales! La pregunta del millón es ¿dónde se consiguen clientes? Y la respuesta será: gestionándolos.

Tareas para empezar a ejercer el asesoramiento de imagen

  1. Consigue tus clientas de práctica: Amigas, hermanas, familiares que estén interesados en conocer sobre su armario, estilo, silueta son la clave para dar los primeros pasos y así ganar confianza en lo que has aprendido. Recuerda que desde la teoría no vas a poder ofrecer servicios de calidad, hace falta que te enfrentes a situaciones reales para saber cómo abarcar clientes más adelante.
  2. Crea tu propio material de apoyo: Más allá de los apuntes que tomaste en clases, tienes que crear tu propio portafolio de trabajo con libros, revistas, paletas de colores, apps para tus dispositivos móviles y hasta herramientas básicas como cinta métrica, un espejo, perchas, etc para así sentir que estás armando tu propio sistema de trabajo. ¡Nunca dejes de capacitarte y reinventarte!
  3. Capacitaciones continuas: Así como lo mencioné antes, un asesor de imagen no puede estancarse en los mismos contenidos una y otra vez para atender clientes. Al principio sentirás «ya estudié lo suficiente», y sí  hay que tomar no uno, sino muchas capacitaciones en distintas áreas para ir alimentando todas las áreas que comprende tu trabajo: comunicación, branding, protocolo, talleres de tendencias, colorimetría, manejo de finanzas, así como al mismo tiempo ir practicando con cuantas clientas puedas (sean pagadas o no, pero la práctica es indispensable).
  4. Pensar en tu carrera como algo rentable y no un pasatiempo: Todo empieza desde la actitud. Si has tomado un taller de asesoramiento con la idea de aplicarlo a ti misma, o sólo conocer del tema, pues bien. Sin embargo he visto miles (no miento) de perfiles en redes sociales de personas que se autodenominan «asesoras de imagen», pero no trabajan de ello, no tienen la intención de hacerlo ni tampoco se están tomando en serio el rol. Así que si quieres trabajar de esto, hay que tomar acción , y no quedarse desde el título, sino gestionar realmente para que funcione y te dé rentabilidad.
  5. Genera contacto con otros profesionales: De esta manera podrás ir aprendiendo de ellos, sobre todo si tienen un tiempo trabajando en esto, ya que siempre es más que positivo nutrirse de nuevas ideas y sobre todo generar un vínculo cercano dentro del rubro.

Puede parecer un poco tedioso al principio, pero mucho depende de la intención de trabajar como una profesional de la imagen personal. Realmente decir que has estudiado asesoramiento, lamentablemente no te convierte en asesora, lo que sí te da credibilidad es la práctica, los clientes y la gestión de tu carrera desde el primer momento para luego cosechar resultados.

¿Ya estás en ese punto donde te has puesto manos a la obra?

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