Y es que seguro te ha pasado que con apenas ver una imagen, un color, un elemento, de pronto recuerdas a una marca. No es coincidencia, se llama CONEXIÓN y tiene que ver con que esa marca que sigues ha trabajado muy bien su comunicación (sobre todo a nivel visual), con lo cual ha logrado crear en ti una constante relación entre sus elementos gráficos y emociones que evocan a su constante recordación.
Te pregunto… si tienes una marca personal, ¿te gustaría crear el mismo impacto?
Cuando se trabajan procesos de asesoramiento de imagen, hay algo muy importante que es el conocer con qué objetivos se están realizando dichos procesos. Por ejemplo:
- Es que quiero lograr verme auténtica y más actual.
- Me gustaría incorporar colores que me identifiquen del resto.
- Es que no tengo un propio estilo, y quiero elegir siempre prendas que me representen.
- Pasa que no estoy comunicando con mi imagen a lo que me dedico.
- Quisiera tener más coherencia entre lo que hago y cómo me muestro al mundo.
Comunicamos a través de cómo nos mostramos.
En todos los casos es un tema comunicacional con nuestra propia imagen. Y se puede trabajar, claro que si, pero ya que hablamos de marca, no podríamos abarcarlo solo desde el estilo personal, sino que habría que tener en cuenta también otro factor, que es el del arquetipo de marca.
Arquetipo de marca, es aquello que nos representa a través de acciones, rasgos o características visuales y comunicacionales para presentar nuestro proyecto de marca. (Si me lo preguntas más profundo, te haría la analogía de que es el estilo pero de marca). Y esto por supuesto que influye en nuestro lenguaje a nivel de imagen.
Pero también es cierto, que en pos de esta meta (la de conectar nuestra imagen con la marca que representamos), se suelen cometer algunos errores, y es precisamente de eso de lo que quiero alertarte. De las incoherencias o inconstancias de lo que muestras, versus lo que eres realmente (como marca).
La imagen, un reflejo inmediato de nuestro ser.
Quien sigue creyendo (en este 2023), que (pre)ocuparse es algo banal o superficial, creo que aún no ha comprendido la era en la que estamos. Y es que la inmediatez en la que vivimos, contamos con apenas microsegundos para captar la atención de quienes nos ven por primera vez. Sobre todo si eres representante de una marca.
Sino, dímelo tú. Estás haciendo «finger scroll» en tu red social favorita, y te vas quedando enganchado en aquella primera impresión/imagen que te atrae. Y no me refiero a que tenga que ser algo bello, sino algo con lo que conectas, con lo que te identificas. Segundo paso, escuchas un par de segundos lo que dices y tercero, te dedicas a consumir por completo el contenido.
Muy bien, trasládalo a tu comunicación de marca.
- ¿Qué estás vistiendo para comunicar lo que haces?
- ¿Cuáles son los colores con los que crees que te identifican (y se identifica tu marca)?
- ¿Cómo estás hablándole a esa persona que quieres que se quede contigo (en tu marca)?
Y no, no te estoy mandando a usar maquillaje, tacones o crear un súper guión literario, pero sí a tener en cuenta los elementos visuales y gestuales con los que te presentas y estás constantemente haciendo llamados de atención para que vayan a consumir tu marca.
Trabajar por la COHERENCIA entre la imagen y la marca personal.
Se puede conseguir esta anhelada coherencia, pero admito que no es de un día para el otro, las mejores alternativas e ideas para conseguirlo, vendrán de sentarte a explicar(te) lo que en verdad necesitas provocar a nivel emocional con tu marca, de ahí que la imagen personal funcione como canal comunicacional. ¿No me crees? fíjate en tus 3 marcas personales favoritas y con solo recordarlas, escribe una emoción que te generen.
¿lo hiciste? BINGO.
Entonces tú también podrías hacerlo.
¿Te animas?
Profundizo mucho más sobre ello en mi libro COHERENCIA, ya sabes que puedes adquirirlo aquí mismo en los enlaces de mi web, hay envíos a todo el mundo.