¿Cuánto tiempo llevas con tu título de Asesora de Imagen? ¿cuántos clientes has generado al día de hoy? Mejor aún, ¿cuáles son los argumentos que te dices a diario del por qué no contratan tus servicios? Te puedo decir algunos bastante trillados pero sería darle más rollo a tu discurso y prefiero explicarte qué es lo que realmente sucede.
Es impresionante la cantidad de personas que tomas la decisión de formarse como Asesores de Imagen, de hecho es cada vez más común escuchar que se la tiene como una segunda carrera, y que sabiendo la «poca demanda» del servicio aún se convencen de invertir en ello, para luego quedarse frenados con el discurso de «es que nadie me contrata».
Desde lo personal considero que si tanto es el convencimiento de esta premisa (falsa), pues no debería seguir en auge la cantidad de profesionales que se gradúan o preparan académicamente para ejercer. ¿No te parece contradictorio esto acaso? Pues bien, conversando a diario (literal) con asesoras en formación o ya con título en mano de todo el mundo, lo que noto es un pensamiento bastante idealista al respecto de qué hacer con su carrera y futuro profesional.
¿Por qué no me contratan como Asesora de Imagen?
- Porque desde el momento en que decides estudiar la carrera lo haces con poca información acerca de la real salida laboral que puedes llegar a tener en tu propio contexto. Tristemente es fácil dejarse nublar la mente con la idea de una súper estilista famosa contratada por celebridades o las mejores revistas de moda del mundo, cuando el camino real hasta ese punto (si es que es tu meta) tiene mucho que ver con autogestión de oportunidades.
- No se tiene noción alguna de la rentabilidad de este negocio. Es como si se tratara de un misterio. Nadie te cuenta cuánto cobrar, cómo vender el servicio, cuál es el verdadero tipo de público al cual ofrecerlo, y peor aún la inversión (más allá de la formación académica y técnica) que se debe hacer para montar un negocio de esto. Sí, digámoslo con todas las letras NEGOCIO. Porque podemos amar el arte, la moda y el servicio que ofrecemos pero también es cierto que si invertimos por una formación profesional es porque anhelamos vivir de esto.
- Muchos estudian la carrera por tener afinidad con la moda o las compras. En algunos casos (y no lo critico en absoluto) quienes se forman como asesores lo hacen con la intención de aplicar lo aprendido a sus propias experiencias pero no con la meta de establecer una marca de servicio o trabajar con clientes. Pasa que en el camino empieza a cambiar el rumbo de esa decisión, y al no tener un norte muy claro de si será una decisión profesional o no, prefieren contar sobre lo que saben hacer a algunos conocidos con la esperanza de ser contratados. Algo que por supuesto es mala idea porque al final nadie del círculo termina por tomar en serio el servicio como tal sino como «un favor a solicitar por parte de un amigo».
- Confusión de roles. Hay una delgada línea entre mostrar con ejemplos lo que sabemos o podemos hacer desde esta profesión a mostrarnos como bloggers o influencers de moda/lifestyle. Y en este punto tengo experiencia, porque cometí ese error. Difícilmente crear una audiencia desde el rol blogger me pueda ayudar a escalar como profesional para luego ofrecer una cartera de servicios formal y con la que pueda rentabilizar. No digo que se aplique en todos los casos, porque vamos, la influencia en una audiencia ayuda a vender, pero no siempre funciona así ya que es como vender una idea gratuita de contenido para luego tratar de cobrar por ello. Es decir, no hay una estructura de marca y eso confunde a tu potencial clientela.
- No hay una propuesta real de lo que haces. Sea que nunca hayas diseñado un servicio, así como que no hay un lugar específico en donde encontrar en detalle el cómo contratarte pues esto es de lo más común en nuestro rubro. Como lo que vendemos es intangible, lo confundimos con «charlarlo» y no plasmarlo en un papel, una experiencia, una web, un real SERVICIO que comprenda fases, beneficios, detalle de locación, precios, etc.
- Por último y no menor, el hecho de querer posicionarte como la «experta en moda», qué grave error subirnos a este podio y olvidarnos que lo que vendemos realmente es un acompañamiento. Mientras más inalcanzable te muestres, menos confianza generas, y menos clientela atraes. Para esto, complementar la formación de asesoramiento con lecturas o talleres de psicología del consumidor, comunicación no verbal, sesiones de coaching o incluso pasar tú misma por el servicio como clienta para experimentar lo que puede llegar a sentir tu futuro cliente es clave y te da una cuota de empatía a tu servicio.
La luz al final del túnel.
Definir que queremos trabajar de esta profesión y hacer una empresa de ello es la primera decisión consciente a tomar. No es al azar, no se trata de suerte o contactos, es estrategia, constancia y tomar responsabilidad en lo que conlleva como lo es invertir constantemente para forjar una base y posicionar una marca.
Si te encontraste identificado/a en alguna de las razones expuestas arriba no significa que no hay nada por hacer, todo lo contrario. Has encontrado la respuesta al acertijo de por qué no te estaría funcionando haberte graduado de asesor y no ver resultados, y en esa respuesta ahora es cuestión de armar un plan para revertir la situación.
Para ello te invito a leer más artículos acá en el blog, donde puedo contarte de más herramientas, alternativas y experiencias personales, así como también invitarte a echar un vistazo al Training de Branding y MKT personal con el cual podrás trazar un plan real. ¿No me crees? te espero por la página de testimonios donde muchas profesionales cuentan en sus propias palabras los resultados.