Si de colores se trata, me considero una fanática. De hecho me gusta que mi armario parezca un arco iris y tener de todo tipo según las varias ocasiones y emociones que transito. Pero bueno seamos sinceras, no siempre nos vestimos pensando en ello y más bien existe cierta apatía hacia su uso, y eso es porque desconocemos los elementos que nos representan.
En imagen personal
Podría hablarte de tipos de estilo, de colorimetría, de psicología del color y hasta de protocolo para abordar este tema, pero si algo he aprendido con mi propia experiencia y la de mis clientas, es que elegir un color a diario involucra muchas otras cosas, y no tanto las reglas que muchos asesores proponen (mos).
De cierto modo lo que si se cumple es el factor «funcionalidad», y nos han insertado tanto el chip que colores como negro, blanco o azul son para todos, que es lo único que sí veo y noto que se practica, pero que no necesariamente responde a la real representación de una persona (uy, me puse profunda).
Quiero decir, nos han educado para usar X colores que la sociedad afirma que están bien. Mientras que los que nos hacen emocionar o vibrar, muchas veces los omitimos en nuestra imagen porque sentimos que vamos a desentonar con el entorno. Y ahí está el error.
En imagen profesional
Ahora vamos hacia otro de mis temas favoritos, el branding, ya sea de tu marca como emprendedora o de tu figura como trabajadora de una empresa a la que representas. ¿Cuántas veces caemos en el clásico blazer negro o traje azul porque es lo que va? Veo fotos en redes sociales o páginas webs repletas del mismo uniforme con la imagen forjada en cuanto a formalismos de los años 80′ donde no hay algo que en verdad identifique la esencia de esa imagen.
Esto sucede porque asociamos la eficiencia con estos colores antes mencionados y está perfecto (en los años 80′), mientras que hoy cuando se trata de vestirse para representar a una marca, sea personal o no, hay que conectar con la esencia de ella y por ende con los colores que transmiten su mensaje.
Colores: Volviendo a lo simple.
Imagina que tienes 5 años y tienes una caja de lápices de colores con todos los tonos que quieras, ¿por cuál irías primero? Ahora tienes 15 años, hay mayor influencia en todo sentido sobre ti, ya sea por moda, por medios, tus actividades, y otra vez te pregunto ¿qué color elegirías en esa caja de lápices? Ahora vamos a tus 25 años, ya tienes experiencia laboral, has pasado por episodios grises, alegres, amores y desamores, etc. Vuelvo a poner esa caja frente a ti… ¿qué colores eliges? Y ahora vamos a tu edad actual, la que sea y te hago la misma pregunta… ¿qué colores eliges?
Verás que las respuestas varían o quizás no tanto, eso depende de qué tan libre te sientas respecto a la elección del color. Quizás automáticamente digas «es que siendo adulto no elegiría un rosa o amarillo», y te empiezas a condicionar, cuando en realidad sueñas con un arco iris en tu armario.
¿Te parece un ejercicio difícil de llevar a cabo? Te invito a hacerlo y según la respuesta ve a tu armario y compara lo que has estado vistiendo hasta ahora en los últimos 5 años.
Conectando con mis verdaderos colores
De todas las teorías para el uso de los colores, la de la psicología suele ser la más acertada cuando queremos reencontrarnos con los tonos que nos representan, aún así me gusta ofrecer mayor libertad que un significado único. Y es por eso que planteo ¿qué tal que tuvieras total apertura para llevar un color en particular? ¿qué tal si tu única carta de presentación fuera un color? ¿cuál sería?
Tanto en tu imagen personal como en tu branding personal esto es clave. Ninguna imagen se da al azar ni es desconexión con este elemento. Y apreciar los colores con los que realmente nos identificamos pueden ser el disparador de un gran caudal creativo a nivel de armario, así como de comunicación personal.
¿Este tema te ha intrigado?
Déjame saberlo, y si estás por Buenos Aires, quiero que sepas que estoy preparando dos eventos donde profundizaremos en ello, tanto por si estás queriendo renovar o trabajar tu branding o tu imagen personal.
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