Aunque el título parece una invitación a una reflexión personal, lo que realmente quiero es que en conjunto pensemos qué es lo que hemos aprendido cada una sobre nuestra propia imagen. El 2020 nos enseñó a convivir con otra idea de nosotras frente al espejo, para algunas fue una experiencia reveladora y para otras desafiante.
La consulta más común de este año entre mis clientas fue: «es que me di cuenta que venía vistiendo lo mismo sin detenerme a pensar qué necesitaba». Y sí, la pandemia nos obligó a estar puertas adentro y lejos de un descanso. Nos enseñó que llenábamos el armario de «por si acasos» y no de prendas básicas que resuelvan el día a día, y lo mejor, nos enfrentó a convivir con el espejo, algo que quizás antes ni mirábamos por falta de tiempo.
Fuimos muchas mujeres las que este año empezamos planes nutricionales, yoga, pilates, ejercicios en casa, terapia psicológica, pero ¡ojo! también hubo muchas que decidieron dejarse fluir sin mirar hacia dentro. Y así es como llegamos casi a este punto donde a fin de año queremos tirarlo todo y hacer borrón y cuenta nueva para empezar otro ciclo con una especie de detox a todo nivel.
Las realidades de nuestra imagen este 2020.
Nos dimos cuenta que más que querer impresionar a todos los que nos miran, la persona más importante a quien conquistar era a nosotras mismas. Y con eso un montón de acciones que siguieron esa premisa:
- Que tener la última tendencia no nos resuelve una jornada de teletrabajo.
- Que la ropa que etiquetábamos como «de estar en casa» eran puros harapos viejos y rotos.
- Que nos obsesionábamos con tener la técnica perfecta de maquillaje para ocultar las «imperfecciones» y que habíamos descuidado lo más importante que era lo que estaba debajo de ello: nuestra piel.
- Que teníamos muchos zapatos pero que ninguno era suficientemente cómodo para estar todo el día en tareas cotidianas, sin caer en las sandalias playeras.
- Que lo que considerábamos «cómodo» eran prendas que no son para nada favorecedores para nuestro cuerpo y salud. Sí, estoy hablando del jean.
- Que importa y mucho lo que nos decimos frente al espejo, ya que somos la primera persona por la que nos dejamos afectar cuando nos escuchamos decir algo negativo.
- Que da igual tener mil prendas en el armario si al final no nos sirve de nada cuando hablamos de básicos.
- Que si tenemos un día bajón no tenemos suficientes colores para vestirnos.
- Que teníamos muchas prendas que ya no tienen nada que ver con nuestro cuerpo ni estilo.
- Que nos hemos preocupado más por encajar que por amar lo que vemos en el espejo.
Podrían ser más lecciones pero creo que ya tendrá que ver con la historia de cada una, y así poder sacar nuestras propias conclusiones. Creo que el 2020 nos deja más consciencia sobre quiénes somos, cómo nos sentimos.
¿Te animas a hacer la lista de las cosas con las que te has sentido revelada?