Lo estoy viviendo en primera persona. No me lo cuenta nadie, lo experimento con el avance de mi embarazo. Mi imagen de pronto no es la misma, es como si los cambios físicos y emocionales no pararan de manifestarse día a día.
Y recuerdo una sensación similar hace un par de años cuando me acercaba a los 30. Obvio, no hay punto de comparación con algo tan real como que tu cuerpo cree otra persona dentro (jeje), pero si tener esa necesidad urgente de plantear nuevas rutinas, nuevas prendas en el armario, nuevas formas de hablarme frente al espejo.
Ahora, soy consciente que en otros momentos hubo cambios físicos que no percibí progresivamente, sino que de pronto era como si despertara y ahí estaban, kilitos de más, algo de flaccidez en zonas que no había visto de mi cuerpo a diario, incluso pliegues que se marcaban cuando me sentaba o me ponía una prenda ajustada que según yo «tendría que seguir quedándome igual que antes».
Lo que te estoy contando no es una catarsis. Es un ejemplo REAL, de lo que sucede entre nosotras y el cuerpo que tenemos y que no solemos apreciar o aceptar. Cuando empiezo una conversación con una clienta nueva, esas primeras impresiones que me deja saber sobre lo que percibe de su imagen, es la de una mujer que se desconectó de sí misma por un buen tiempo. Es la apreciación de alguien que siente que se le pasa el tiempo y no sabe cómo «controlar» los cambios que le van surgiendo.
Y te diré la verdad. No tiene que ver con controlar, sino con aceptar, tolerar, comprender, apreciar, valorar. Y ya sé, me dirás… «Annie es que no sabes lo frustrante que es esto de verse y sentirse ajena a una misma», pero por qué mejor no cambiar el enfoque y preguntarse «¿Por qué no me dediqué un minuto diario a ver lo que pasaba conmigo?».
La culpa y los cambios de tu imagen
Tampoco se trata de caer en un círculo vicioso de echarte la culpa, quedarte paralizada, seguir obviando los cambios, y luego volver a mirarte para caer en más culpas. Corta con ese rollo, porque ni es compasivo contigo, ni te lleva a ningún lado.
Y si soy honesta en base a lo que trabajo en consultas, te diré que nadie puede lograr que esos cambios se vean con tolerancia, si no decides que sea así por tu propia cuenta.
Nada haría que cambies externamente si no empiezas por analizar qué pasa internamente contigo y lo que manifiestas a nivel físico.
Transitar cambios en positivo
Me gustaría decirte que hay una frase mágica para que esto suceda en cuestión de minutos. Pero TRANSITAR como tal tiene que ver con sentirte presente, asimilar lo que está sucediendo y si hay algo con lo que no te sientes cómoda, accionar para poder redireccionar el resultado que en verdad estás buscando.
Te lo pongo con ejemplo simple: No te gusta que de pronto tu piel empieza a verse más y más reseca, en lugar de quejarte, vas y te compras una crema hidratante, la aplicas a diario muy disciplinadamente, y en un mes seguro que lo que verás de tu piel es otro resultado y no la piel seca que te incomodaba.
Ahora, aplícalo a otros aspectos de tu imagen:
- «No me gusta la ropa que tengo en el armario»… en lugar de quejarte ¿qué harías?
- «Estoy harta de no encontrar nada en esa tienda que siempre voy»… ¿qué harías?
- «No entiendo por qué nada me queda como a otras mujeres»…¿qué crees que necesitas?
- «Me veo terrible, apagada y aburrida con lo que visto»… ¿piensas que puedes cambiarlo?
- «Ay, es que si supiera qué tengo que usar, sería mejor»… ¿crees que la queja te ayudaría?
Y así, escucha las frases que te dices TODOS LOS DÍAS y cáchalas para replantear qué puedes hacer para remediarlo. No es suerte, no es magia, no es azar, es decisión.
Una propuesta para conectar con tus cambios
Esta semana he lanzado una propuesta única, accesible y diferente para ayudarte a transitar con todo lo que venimos charlando en este post. Se trata de una oportunidad que he diseñado para un grupo exclusivo de mujeres con ganas y decisión de cortar con el drama que sienten que les aqueja su imagen. (Porque seamos honestas, la queja ya parece novela diaria).
Te hablo del #RetoEstiloPersonal que consiste en una experiencia de 21 días donde vivirás tu propio asesoramiento de imagen, a un ritmo lento pero seguro, con desafíos, información inédita y precisa. Realmente un servicio que estoy estrenando y del cual me encantaría que seas parte. Por supuesto, tiene un valor increíble, beneficios por donde lo mires y mi acompañamiento diario por 21 días.
¿Te intriga saber más? Tienes todos los detalles aquí.
PD: Será del 10 al 31 de octubre y ya se están apuntando mujeres de todo el mundo, los cupos son limitados así que no pierdas la oportunidad. ¡Vamos a hacer algo en serio!